Sumergirse en el horror: la catarsis del miedo

 Por lo regular asociamos el miedo con una emoción negativa: aquello que deseamos evitar debido al estrés que nos provoca o el límite al que nos puede llevar. Sin embargo, el miedo es una emoción primaria, algo que se encuentra desde el origen de los seres humanos: teníamos miedo y creamos objetos que nos hicieron sentir seguros, que restringieron el espacio de ese horror.

Por esto, no resulta extraño encontrar también en el miedo una experiencia estética placentera, porque no hallamos sólo caos, también existe una contención ya que si el mundo nos ofrece historias inciertas sobre las que no tenemos dominio, a través de la experiencia estética del horror encontramos el freno que necesitamos para no ser devorados por la vorágine social.

En La piel y las entrañas de Esther Gámez podremos observar no sólo las ansiedades de la autora, también aquellas incertezas que compartimos y que nos ayudan, de manera colectiva, a permitirnos sentir el miedo y, a través de sus imágenes, contener nuestras propias pesadillas.

Mónica Esparza (Nuevo León, 1986) estudió Letras Hispánicas en la UANL. Realizó estudios en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana. Ha impartido clases de literatura clásica, moderna y contemporánea, así como de arte y literatura.

 

i. vestigios de una vida domesticada.

¿En qué nos convertiremos cuándo no estemos?

¿en qué se convertiran los artefactos de nuestras vidas cuando la obsolescencia nos rebase?

ii. el mar nos reclamará.

entre la sal y los percebes nuestro dolor esperará paciente.

III. ¿Cómo serán nuestros fantasmas?

Proyección de visuales en vivo sobre mural. Arte sonoro: fragmento de CAOS del Wilfrido Terrazas Sea Quintet

con fotografías de rodrigo cardoza

 

La piel y las entrañas fue posible gracias al apoyo de la Secretaría de Cultura de Baja California, a través del PROGRAMA DE ESTÍMULO A LA CREACIÓN Y DESARROLLO ARTÍSTICO DE BAJA CALIFORNIA (PECDA BC) 2020, en modalidad de creadora con trayectoria.